19/8/09




EVANGELIO JUEVES XX
Texto del Evangelio (Mt 22,1-14): En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a los grandes sacerdotes y a los notables del pueblo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envió a sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía a otros siervos, con este encargo: ‘Decid a los invitados: Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda’. Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad.Entonces dice a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda’. Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’. Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes’. Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos».


---------------------------------------------------- PALABRA DEL SEÑOR
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Del cruce de caminos me llamaste Señor, a mí: mutilado del alma. Tu bondad me alzo de mi nada y me invitó a su mansión. Dejé mis trillados campos de amapolas, y mis gastados negocios de palabras. Y gracias a ti he hecho fila alrededor de tu mesa, vestido con el traje de la gratitud y el calzado de la compasión. Gracias te doy Padre con todo mi ser por tan sublime invitación. Gracias por ese convite de suculentos manjares y exquisito vino. Gracias por haberme llamado desde mi otra orilla a asomarme a tu umbral. Es mi deseo que todos mis hermanos y hermanas pudieran venir conmigo y saborear tus delicias.


1 comentario:

Hermano Lobo dijo...

¡Muchos serán los llamados, pocos los elegidos¡
Tu nos escoges Señor, nosotros no te elegimos a Ti y Tu sabes cuando y porqué, a cada uno nos has dado una Misión en la Tierra, ¡solo has que nunca se haga mi voluntad sino la Tuya¡