28/9/09

EVANGELIO DEL DÍA LUNES XXVI ------------------------------------------TEXTO DEL EVANGELIO (Lucas 9, 46-50)
En aquel tiempo se suscitó una discusión entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor. Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor». Tomando Juan la palabra, dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros». Pero Jesús le dijo: «No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros». -----------------------------------------------------------------------------------------------------PALABRA DEL SEÑOR ----------------
Decía santa Teresita en su diario “Lo que agrada a Dios en mi pequeña alma, es que ame mi pequeñez y mi pobreza. Lo que le agrada, es la esperanza ciega que tengo en su misericordia” y como nos muestra el Evangelio de hoy, esto tiene que ver con el hecho, de que, sentirnos hijos pequeños de Dios nos facilita tener el corazón abierto hacia todos, y ver a Dios, en cada persona que hace el bien a nuestro alrededor sin mirar: edad, grupo o cultura. Muchas veces ocurre que un camuflado ego dentro de nosotros, es el que nos impide ver la obra de Dios en otros hermanos que a su manera y con sus talentos trabajan también por el reino de Dios.--------------------------------------------------------------------
Danos Señor Jesús, siempre la suficiente pequeñez y humildad, para verte en el talento y trabajo de nuestros hermanos que hacen en tu sagrado nombre el bien.

1 comentario:

Hermano Lobo dijo...

DEBEMOS VOLVER A SER NIÑOS PARA ENTENDER LA GRACIA DE DIOS, SOLO LA INOCENCIA NOS HACE SENTIRNOS HIJOS DE UN PADRE. EL NIÑO ES PURO Y DIOS ASI NOS QUIERE